En el número 6245 de Hollywood Boulevard encontramos The Frolic Room, un legendario local de copas cuya inconfundible fachada de neón hace que no pase desapercibido.
El Frolic Room en el Paseo de la Fama de Hollywood comenzó su vida como un bar clandestino en 1930, cuando el país aún estaba bajo las leyes de la prohibición. Se abrió como un bar legal en 1934 cuando terminó la Ley Seca. Este antro -en el mejor sentido de la palabra-, con su exterior art déco y su deslumbrante letrero de neón, ha visto suficiente glamour y sordidez como para ser considerado un hito histórico de Hollywood junto con su vecino Pantages, aunque no ha sido designado oficialmente como tal. Las paredes del interior del local muestran caricaturas de Groucho Marx y Albert Einstein, dos personas que probablemente nunca bebieron allí, aunque sí lo hacían y lo siguen haciendo muchas otras celebridades.
El local, abierto todos los días de 11 de la mañana a 2 de la madrugada, es el último lugar donde se vio viva a Elizabeth Short, más conocida como La Dalia Negra. Tanto Frank Sinatra como Judy Garland también bebieron aquí. Howard Hughes fue propietario del Pantages y del bar desde 1949 hasta 1954. Fue Hughes quien añadió el colorido y artístico letrero de neón sobre la puerta, que aún hoy da la bienvenida a los clientes, y organizó las fiestas más fastuosas.
El Frolic Room también ha podido verse en la pantalla grande. En Érase una vez en Hollywood (Quentin Tarantino, 2019) se llega a ver dos veces. La primera de ellas ocurre en el breve flashback que revela la verdadera razón por la que Cliff (Brad Pitt) tiene que hacer de chófer para Rick Dalton (Leonardo DiCaprio). El Frolic puede vislumbrarse nuevamente más tarde, junto al histórico cine Pantages, cuando Cliff lleva a Rick a casa en coche desde el estudio.
El pequeño pero maravilloso interior del Frolic aparece en la película L.A. Confidential (Curtis Hanson, 1997) cuando Jack Vincennes (Kevin Spacey) entra a tomar una copa.
Este local clásico de Hollywood es el sitio perfecto para tomar un martini y empaparse del ambiente y la atmósfera de Hollywood.