Construida en 1935, la antigua estación de servicio de Gilmore de estilo arquitectónico Streamline Moderne se encuentra en la esquina de Highland y Willoughby en Hollywood.
La Gilmore Oil Company fue uno de los mayores productores y minoristas de petróleo del país. Sus estaciones de servicio marca “Red Lion” se pueden encontrar en todo el oeste. Más tarde se convertiría en una subsidiaria de Mobil Gas.
La estación de servicio Gilmore, franquicia de Gilmore Oil Company, fue construida en terrenos propiedad del actor Wallace Beery. En 1956, ya bajo la marca Texaco, la estación cambió de dueños.
Con los años, la estación de servicio sirvió de escenario para películas, comerciales de televisión y sesiones de fotos, incluida la divertida película de 1991 de Steve Martin ‘L.A. Story‘, y el primer comercial de la Lotería del Estado de California filmado en Los Ángeles.
Después de la demolición de varios edificios históricos cercanos asociados con la cultura del automóvil, la Asociación de Vecinos de Melrose nominó exitosamente a la estación de servicio como Monumento Histórico Cultural, siendo designado en 1992.
Sin embargo, el edificio permaneció vacío, tapiado y extremadamente sucio durante los siguientes veinte años. Para empeorar las cosas, en 2009, un accidente de camión dañó severamente el edificio.
En 2013, Starbucks presentó un plan para convertir la gasolinera abandonada en una cafetería de autoservicio. Los residentes del barrio respondieron bien al proyecto, ya que se optó por la rehabilitación en lugar de la demolición. El proyecto comenzó oficialmente en 2015. Se eliminaron las alteraciones incompatibles, como las puertas de garaje enrollables de metal, y se sustituyeron por adaptaciones contemporáneas de las puertas de garaje históricas.
Convirtieron las aberturas existentes bajo las marquesinas en las ventanas para los pedidos. Restauraron meticulosamente la iluminación decorativa de la estación y reemplazaron la iluminación de tubo de neón por una iluminación LED ecológica. El equipo recreó también algunos elementos históricos irreparables, incluyendo las marquesinas en voladizo. El estatus de edificio emblemático llevó a Starbucks a adaptar su señalización, utilizando un logotipo más pequeño compatible con el diseño del edificio.
Pero quizás el mayor reto fue la contaminación por petróleo de la gasolinera. Un ascensor hidráulico con una bomba de aceite operaba la estación elevadora del garaje y, con el paso de los años, el aceite se filtraba en el suelo. Como resultado, el sitio requirió una extensa limpieza ambiental.
Este proyecto, que obtuvo un Premio a la Conservación de la Conservación en 2018, es un fantástico ejemplo de reutilización adaptativa bien hecha. Como un clásico drive-thru, el sitio se mantiene fiel a sus raíces netamente californianas tan centradas en la cultura del automóvil. Con un nuevo propósito, el edificio se ha conservado para las nuevas generaciones, sirviendo esta vez, otro tipo de combustible ¿O no es acaso la cafeína lo que mueve el mundo?