En ‘Érase una vez en Hollywood‘ Quentin Tarantino ha llevado a cabo -además de una excelente película- un ejercicio de nostalgia en el que homenajea a la ciudad que le vio crecer. Una mirada de admiración no exenta de melancolía al Hollywood de finales de los años 60. Se aproximaba la nueva década y una oleada de cambios que dejó atrás para siempre la ingenuidad de la meca del cine.
La película cuenta entre sus virtudes un asombroso (y merecidamente oscarizado) diseño de producción, recreando a la perfección lugares y locales emblemáticos de la ciudad.
Pero hoy día podemos hacer el mismo recorrido por Hollywood y L.A. que los personajes interpretados por Leonardo Dicaprio y Brad Pitt. Vamos allá.
Rick Dalton y Cliff Booth usan este icónico lugar al principio de la película como el lugar principal para su encuentro con Marvin Schwarzs (interpretado por Al Pacino). El restaurante más veterano de Hollywood restaurante abrió en 1919 en Hollywood Boulevard, convirtiéndose en uno de los favoritos de la ciudad después de abrir su exclusivo Back Room en 1934. La decoración, el menú clásico y sus míticos cócteles no han cambiado mucho desde la época que se describe en la película.
Al salir de Musso & Frank, nuestros protagonistas pasan en coche por el el corazón de Hollywood: el Paseo de la fama y el Teatro Chino de Grauman. También vemos otras localizaciones históricas como el Pantages. Para la minuciosa recreación de la época de 1969, la producción de Tarantino instaló fachadas y letreros vintage nuevas en cada uno de los negocios de esta calle. Aunque en un principio los dueños fueron reticentes en un principio, al final muchos de estos propietarios decidieron mantener estas fachadas retro.
El Westwood Village y el Bruin Theatre
El histórico edificio del Fox Westwood Village Theatre aparece de manera destacada en la película y permanece en la actualidad prácticamente sin cambios. Todavía tiene su característica e icónica torre blanca y actualmente los espectadores pueden asistir a los estrenos de alfombras rojas y a estrenos de películas. Su vecino de enfrente es el Bruin Theatre en Broxton Ave, y es el cine al que entra Sharon Tate (Margot Robbie) para ver la película ‘The Wrecking Crew‘ (1963), que protagonizó junto a Dean Martin. Este cine inaugurado en 1937 y diseñado por el arquitecto S. Charles Lee destaca por su marquesina de estilo streamline moderne, y es un Monumento Histórico-Cultural de Los Ángeles que permanece bastante intacto.
Rick Dalton y Cliff Booth pasan por este teatro histórico de Sunset Boulevard durante el estreno de “Krakatoa, East of Java” de Maximilian Schell, una película de acción ambientada en una isla donde un enorme volcán entra en erupción. Ahora, este lugar histórico es parte de la cadena de Arclight Hollywood y aún conserva su característica cúpula, que se adapta a los diferentes estrenos que alberga.
Casa Vega
En “Érase una vez en Hollywood”, Rick Dalton y Cliff Booth cenan en este legendario restaurante mexicano del Valle de San Fernando, que hace las veces de restaurante en Almería, España. Este restaurante familiar ha funcionado durante 62 años y está abierto todos los días hasta las 2 a.m. Esta institución del Valle fundada por Rafael “Ray” García en 1956 y sigue siendo el favorito de las celebridades gracias a su segunda generación de propietarios Christina “Christy” Vega Fowler, que respeta la privacidad de sus famosos huéspedes y atiende peticiones especiales como entrar y salir discretamente del restaurante. Sin mencionar que la iluminación es tan baja que es el lugar ideal para cenar de incógnito.
El Coyote Mexican Cafe
Inaugurado originalmente en marzo de 1931, El Coyote se trasladó a su ubicación actual (7312 de Beverly Blvd) en 1951. Sharon Tate comió su última comida aquí antes de los trágicos eventos de los asesinatos de la familia Manson. De hecho, Margot Robbie filmó sus escenas en los mismos asientos en la Tate se sentó con sus amigos. Hoy en día, ‘El Coyote’ sigue sirviendo comida mexicana a cientos de personas diariamente en su animado ambiente más de 80 años después de que abriera sus puertas.
La Mansión Playboy
La escena de la fiesta con Steve McQueen y otras celebridades de la época se filmó en la auténtica Mansión Playboy (10236 Charing Cross Road, Los Angeles 90024), la antigua y legendaria vivienda del fundador de la revista Playboy, Hugh Hefner, que vivió allí desde 1974 hasta su muerte en 2017. Situada en el lujoso barrio de Holmby Hills, cerca de Beverly Hills, la mansión adquirió notoriedad en la década de 1970 gracias a los reportajes sobre las fiestas de Hefner a las que asistían los ricos y famosos. Actualmente es propiedad de Daren Metropoulos, hijo del multimillonario inversor Dean Metropoulos, y la mansión se reserva frecuentemente para eventos especiales, funciones corporativas, recaudaciones de fondos y sesiones fotográficas de moda.